El Panel Público Asesor (PPA) de la Associació Empresarial Química de Tarragona (AEQT) celebró este martes su segunda reunión del año, que en este caso consistió en una visita a la nueva planta de tratamiento terciario de aguas residuales de AITASA (Aguas Industriales de Tarragona), que se puso en marcha el pasado año y que fue inaugurada oficialmente en el mes de febrero de este 2023.
De la mano de los responsables de AITASA -el presidente, Benjamin Hepfer, el consejero delegado, Marc Fargas, y el director, Daniel Montserrat- así como también de los de Aqualia (empresa concesionaria que opera la planta) -Jordi Aguilera (director de la Delegación Noroeste) y Mònica Casanova (jefe de procesos de la planta)-, los panelistas pudieron conocer de primera mano la tecnología y el funcionamiento de este proyecto pionero en el mundo, y que con más de 30 millones de euros ha supuesto la mayor inversión conjunta en la historia del sector petroquímico de Tarragona.
Esta instalación trata las aguas que aportan las industrias, con un tratamiento conjunto adicional al que ya realizan las propias empresas, para mejorar la calidad de estas aguas antes de ser emitidas al mar a través del emisario conjunto. Aplicando los requerimientos de las mejores técnicas disponibles, la instalación reduce en más de un 70% la carga contaminante presente en las aguas, alcanzando los máximos estándares que fija Europa.
Además, los responsables de AITASA explicaron que esta nueva planta es un paso más camino de la circularidad del agua, ya que la calidad de estas aguas resultantes, una vez tratadas en la planta de tratamiento conjunto –y que hoy en día se siguen vertiendo al mar a través del emisario– es tan buena que permitiría regenerarlas para un nuevo uso y, por tanto, su reutilización.
Éste es el siguiente reto en la estrategia del proyecto de reutilización de AITASA: construir una nueva planta de regeneración, en este caso de aguas residuales industriales, para que puedan reaprovecharse y volver a introducirse en el ciclo de agua industrial. Los estudios para convertir esta idea en una realidad ya están en marcha y se espera que pueda estar operativa en 2026.
De esta forma, una vez esta futura planta esté construida y en funcionamiento, la industria tarraconense estará reutilizando no sólo aguas residuales urbanas, como ya hace desde 2012 gracias a la planta de regeneración que recupera aguas procedentes de las depuradoras de Tarragona y Vila -seca, sino que también estará reutilizando buena parte de sus propias aguas residuales industriales.
Los cálculos son que, con esta fase completada, un 40% del agua que consumen anualmente las industrias petroquímicas será regenerada (actualmente es un 19%), minimizando tanto el recurso en origen como las aguas vertidas por el emisario. Al mismo tiempo, se calcula que esta nueva planta de regeneración permitiría reducir en un 60% las aguas residuales que se emiten al medio a través del emisario conjunto.
Los panelistas pusieron el valor esta apuesta del sector petroquímico por un uso sostenible y circular del agua, especialmente en un momento delicado de sequía como el actual. En este sentido, no obstante, se valoró que esta estrategia de la industria lleva años vigente, y se ha mantenido estable, también en momentos en los que la problemática no ha sido tan evidente.
El proyecto supone una triple ganancia en sostenibilidad para el territorio: de entrada, la planta de tratamiento ha permitido mejorar de forma muy significativa la calidad de las aguas que, de momento, se siguen emitiendo al medio; y, sobre todo, los proyectos de regeneración permiten directamente evitar que las aguas recicladas se emitan al mar; y, al mismo tiempo, al incrementarse el uso de agua regenerada por parte de la industria, se dejan de demandar estos caudales de otras fuentes como el Consorci d’Aigües de Tarragona (CAT), y por tanto se liberan por otros usos que el territorio pueda necesitar.